Comenzamos(muchos) soñando en la red. Unos más arriba que otros, claro, con arreglo a las capacidades de redacción. El diario informático tenía una perversa ventaja: podías escribir en cantidad y apenas en segundos, cambiar la versión de lo escrito sin trabajosos esfuerzos de borrado. Pero que tremenda ignorancia...cuando se escribe desde dentro, siempre queda una copia. Sí...en esa zona gris oscura que los poetas llaman corazón y los psicólogos apenas una sala donde se memorizan cosas.
De sueños supe...y claro, la copia sigue. La forma de borrarla la leí muchas veces en los dias oscuros.