EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ

    A el Hombre Que Nunca Existió le fué dado a conocer el Objeto. Gratitud o maldad, marchó dando cuenta...Y ahí quedó, para siempre. Sol...o Luna, ahí está. Jamás oscuridad. No...ella no fué jamás oscuridad.

   Siempre fué así. Bastaron unos segundos. Casualidad o subconsciente.  Para borrar meses de olvido. Y de remitirme, irremediablemente hacia ese terreno tan tuyo de lo eterno. Y transformar el tiempo transcurrido en la antesala de una espera. 
   Siempre fué así. Ese universo oscuro, de belleza inconmensurable. Fueron. Siempre. Tus ojos.

  Es posible el diálogo con los sueños? Cuando se construye su recuerdo sólo en claves de belleza a veces da miedo invitar a la consciencia.  Sólo el firme convencimiento de que el preciado tesoro de momentos felices permanecerá inalterable daría valor.

   Comenzamos(muchos) soñando en la red. Unos más arriba que otros, claro, con arreglo a las capacidades de redacción. El diario informático tenía una perversa ventaja: podías escribir en cantidad y apenas en segundos, cambiar la versión de lo escrito sin trabajosos esfuerzos de borrado. Pero que tremenda ignorancia...cuando se escribe desde dentro, siempre queda una copia. Sí...en esa zona gris oscura que los poetas llaman corazón y los psicólogos apenas una sala donde se memorizan cosas.
   De sueños supe...y claro, la copia sigue. La forma de borrarla la leí muchas veces en los dias oscuros.
  

  No es que haya nacido en la zona más oscura del mundo, pero sí me fue negada la luz...la belleza de las cosas tal y como la refleja la poesía. No obstante...he podido conocerla. En eso sí fuí afortunado, encontrando en mi camino a quienes me hicieron ver de la realidad aquellos colores invisibles a la fría racionalidad.
GRACIAS.
  Unas gracias jamás olvidadas.

¡¡¡FELICIDADES!!!

  Dibujar tu nombre con mis sentimientos. Que pases un feliz día.