Triste es la imagen que se deduce de la preciosa letra de "Penélope", de Joan Manuel Serrat. Una repetición infinita de actos que hacen revivir la esperanza: "se sienta en un banco del andén..."
Pero no todo ceremonial ha de ser patológico...muchas veces repetimos actos o adquirimos costumbres que están en armonía con aquello que queremos alcanzar. "la vió un dia en el rompeolas y desde entonces todos los dias al amanecer...recorre el brazo a la mar con la esperanza de reencontrarla..."
La obsesión puede ser resuntiva de algo que deseamos verdaderamente, en claro paralelismo con los sueños...que es su realización por otros medios. Lejos del "cuando una persona desea realmente algo, el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño" sacado de su contexto, si manifiesto mi conformidad con la esencia del contenido de la obra del genial Coelho: luchar por los sueños, seguir los dictdos del corazón, que, afirmo, es el que mejor informa a la razón, construye los mejores sueños y marca los objetivos más nobles, o puede hacerlo, siempre que los latidos obedezcan a idéntica causa.
La esperanza razonable, ese es el factor que a mi entender, diferencia, observada objetivamente-no ya científicamente-la actitud, moderando el análisis que sobre la angustia de su omisión normalmente surge. Freud, en su vertiente patológica los califica como "actos de fe"...religiosidad individual, describiendo el carácter transaccional del ceremonial.
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