domingo, 18 de enero de 2009

SUEÑOS Y PESADILLAS

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Si los sueños suponen la realización de los deseos por otros medios, las pesadillas nos hacen presos de todo lo que hay de horrible, repugnante o temible, tanto en lo físico como lo espiritual. Y éstas pueden llegar a tal intensidad, que su descripción es ineficaz, aún la literaria para representar lo que se siente en esta experiencia. Frecuentemente la ciencia recurre a las artes plásticas. Al mismo Dante se le percibe mejor en ellas, pese a que en su descomunal obra describió como ninguno los horrores de un "infierno" que la propia religión judeo-cristiana tuvo que importar de otras culturas. La diferencia básica entre una y otra actividad involuntaria está en que mientras los sueños realizan objetivos identificables, las pesadillas generan un sentimiento de un intenso e incomprensible terror. Nada que ver, aclaro...la pesadilla con un mal sueño, producto éste si, de temores cotidianos que a modo de desesperanza vivimos en él.
Su descripción clínica es la siguiente(Ernest Jones):
1)Un miedo mortal
2)Una sensación de opresión que dificulta en forma alarmante la respiración.
3)La convicción de una completa parálisis.
Al comentar en materia ajena a mis especialidades, aporto anécdotas personales que además creo adecuadas al diario público. Entre los malos sueños uno de los más constantes es el de las negativas consecuencias de mi actividad profesional...Y no pocas veces, como consecuencia tiene el intentar suavizar efectos si en algún asunto fuí demasiado agresivo...Pesadillas no suelo tener, aunque bién cierto que de niño compartí los terrores típicos, los seres siniestros y asesinos.

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